El panorama para el sector productivo nacional no es nada alentador en este 2023 por la alta inflación, el precio del dólar, la incertidumbre por las nuevas políticas del Gobierno y la inseguridad, que son los mismos factores que preocupan a los industriales y comerciantes del Atlántico.

Sin embargo, voceros de los gremios consultados por Zona Cero coinciden en que otro de los frenos que sigue afectando la competitividad son las altas tarifas de energía que pagan los usuarios del Caribe colombiano.

Para el gerente seccional de la Asociación Nacional de Industriales, Alberto Vives de la Espriella, los costos de la energía  afectan directamente la cadena de producción hasta llegar al consumidor final.

Al respecto, la directora de la Federación Nacional de Comerciantes, Yilda Castro, considera que las tarifas que cobra la empresa Air-e incrementan además los costos de la actividad comercial.

Para la Asociación de Comerciantes del Centro, en cabeza de su directora, Dina Luz Pardo, los usuarios de la Costa “no pueden seguir pagando lo que otros se roban porque sería encubrir un delito. Falta voluntad política para que nos dejen de cobrar esas pérdidas”.

2022, un año de retos: Andi

Vives destaca el desempeño favorable que el año pasado mostró la industria manufacturera incluso mejor que la de otros países como Estados Unidos (10,4%), Francia (9%), Alemania (7,4%), Portugal (6,6%), Brasil (5,9%) y Chile (4%).

Para el caso de nuestro país, menciona dificultades como el costo y suministro de materias primas, infraestructura y costos logísticos, tipo de cambio, falta de demanda, estrategias agresivas de precios y comercialización, mano de obra, capital de trabajo e incertidumbre política.

Asegura que uno de los grandes retos de la industria ha sido el desempeño reciente de la inflación porque mientras en diciembre de 2021 el índice anual se situaba en 5,62%, durante el 2022 se aceleró y para el mes de noviembre se situó en 12,53%, muy por encima de la meta del Banco de la República.

Asegura que la buena situación de la industria manufacturera también se refleja en la percepción de los empresarios sobre el comportamiento de sus negocios. En promedio, en el 2022 el 78,2% de los encuestados consideró la situación actual de su empresa como buena, el nivel más alto reportado en los últimos 20 años.

Asegura que el principal reto del sector empresarial ha sido el manejo de la incertidumbre, la administración del riesgo y la necesidad de enfrentar situaciones cambiantes donde las reglas de juego no son claras.

Para Vives, un año de bajo crecimiento como el 2023 es sin duda una amenaza para generar empleo, por lo que considera que la discusión y el resultado de la reforma laboral es clave.

“Cualquier reforma debe tener en sus objetivos generar empleo y reducir la informalidad. El aumento concertado del salario mínimo del 16% era una medida necesaria para recuperar el poder adquisitivo perdido por los hogares dada la inflación, especialmente los de ingresos bajos para quienes ésta será de 14.5%, sin embargo, no deja de ser un reto para la generación de empleo formal”, dice.

Citando la opinión a nivel gremial, destaca que el 16,95% de los empresarios consideran que su desempeño se verá favorecido si se estabilizar la tasa de cambio así como el desarrollo y diversificación de productos y clientes.

Considera que para impulsar la agroindustria, el Gobierno Nacional debe realizar inversiones en bienes públicos, en semillas certificadas, distritos de riesgo, vías terciarias, dar claridad sobre el uso de la tierra; y garantizar un acceso a materias primas competitivas para los bienes finales y un abastecimiento de los energéticos que requiere esta cadena.

Nutrido calendario de eventos

Sobre el balance 2022, Fenalco Atlántico destaca que después de dos años de restricciones por la pandemia, tuvieron un calendario de eventos y ferias muy nutrido, al punto que lograron superar en algunos casos los resultados obtenidos en el 2019.

La directora del gremio, Yilda Castro, destacó por ejemplo los dos días sin IVA que también contribuyeron significativamente en el cumplimiento de metas en algunos sectores, al igual que el Black Friday. Sin embargo, menciona que precisamente uno de los aspectos negativos para la actividad fue eliminación de los Días Sin IVA.

Resalta además la transformación y recuperación de espacios públicos en la ciudad, y el desarrollo de nuevos proyectos que han despertado el interés por conocer e invertir en Barranquilla.

  “Muchos empresarios afiliados a Fenalco nos visitaron de otras ciudades porque expresaron su interés por conocer los detalles de las acciones que han generado un cambio positivo en la infraestructura de la ciudad y la coordinación de los sectores público y privado”, añade.

Sobre este nuevo año, la dirigente de los comerciantes asegura que lo reciben “con optimismo y mucha prudencia respecto a las nuevas medidas anunciadas por las reformas anunciadas, entre ellas la reforma laboral”.

Confió en que las reformas anunciadas sean concertadas para integrar a los diferentes sectores de la sociedad. 

Los empresarios –añade- son muy fuertes y siempre están motivados a la acción, aún en medio de adversidades, visualizando las oportunidades.  Por eso mantenemos expectativas positivas y la esperanza de crecer en este 2023.  Aunque sea un crecimiento moderado debido a las circunstancias internas y externas que afectan al país.

Cuando se refiere a las prioridades en materia económica para Atlántico, menciona la recuperación y generación de empleo formal, con impacto en el desarrollo social y disminución de la pobreza. 

Asegura que las autoridades deben trabajar en el tema de seguridad, que es un obstáculo para el desarrollo de las operaciones comerciales. 

“El hurto a las personas, empresas y extorsiones son 3 de los delitos que caracterizan y alimentan la percepción de inseguridad en la ciudad y el país.  Los robos en los supermercados vienen en aumento”. afirma.

Altas tarifas, el detonante

El 2022 no fue un año fácil para los afiliados a Asocentro teniendo en cuenta que además de los factores que ya han mencionado, se sumó la llamada "crisis de los contenedores" como consecuencia del cierre de la economía de China por efectos del Covid-19.

Miles de containers con mercancía quedaron represados en los puertos de todo el mundo, lo que hizo que el precio de los insumos se subiera de manera exagerada como ocurrió con el hilo cuyo precio pasó de 2.000 a 7.000 y 8.000 pesos, mientras que las telas subieron de $14.000 a $25.000.

A lo anterior se sumó la subida del dólar y la inflación, pero para la directora Dina Luz Pardo, el detonante fueron las altas tarifas de energía, lo que llevó a los comerciantes a contratar un 50% de los puestos temporales con relación a otras temporadas de final de año.

“Diciembre fue completamente atípico, hubo presencia de compradores en la calle, pero el poder adquisitivo bajó, por lo tanto las ventas disminuyeron y con ello la facturación”, explica.

Cuenta que ella hizo el ejercicio en algunos almacenes. “Llegaban 4 miembros de una familia, pero solo compraban para uno porque no hay poder adquisitivo. Y nos pasó varias veces en diciembre”. Otros reconocieron que si antes invertían 100.000 pesos en determinada compra, esta vez solo destinaron 50.000 pesos.

Sin embargo, reconoce que entre el gremio hay “optimismo moderado en este 2023. No tenemos por qué quejarnos, hay como seguirnos manteniendo”.

Como dato para destacar, si bien los resultados no fueron las mejores, a final de año, la venta al por mayor creció un 30%, lo que confirma que el Centro es un punto ideal para comerciantes que distribuyen mercancía por toda la Costa.

Como prioridades para las administración local, menciona que es necesario mejorar la seguridad y recuperar algunas zonas del Centro que se encuentran deterioradas. "Los comerciantes necesitan garantías para seguir generando empleo". puntualiza.